El 16 de mayo de 1960, Isser Harel, el entonces director del Mossad, el servicio secreto israelí, aprovechó su breve estancia en la Argentina —se estaba ocupando del caso de Adolf Eichmann, capturado días antes— y envió a una pareja de colaboradores judíos a investigar a la pensión Jurmann, en una distinguida zona de Vicente López, una pista que le había llegado y que Eichmann había confirmado en un interrogatorio. A quien buscaba era a Josef Mengele, el tristemente célebre médico de Auschwitz, conocido por sus experimentos con gemelos judíos. Éste había llegado a Argentina a finales de los años 40', y sus actos lo situaban justo por detrás de Eichmann en la lista de objetivos de los cazadores de nazis.
Sin embargo, para cuando el Mossad emprendió la búsqueda en el bajo de Vicente López, ya era demasiado tarde: el cartero informó a los colaboradores judíos que Mengele se había marchado semanas antes de la gran casa blanca de la calle sin salida. Harel sabía también que Mengele tenía un taller mecánico por la zona, y que el alias del médico había sido Gregor Helmut. Así que investigó en el local, pero le dijeron resueltamente que no había nadie llamado así y que no podían ayudarlo. Harel se dio por vencido, y siguió adelante con la misión relativa a Eichmann, quien fue declarado culpable en su juicio y ahorcado en Israel en 1962. Mengele, por su parte, evitó astutamente a sus perseguidores, huyendo a Paraguay, tras su estancia en la Argentina, y luego a Brasil, donde murió en 1979.