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Extrañas situaciones se están presenciando en estos días.
La atmósfera política es irrespirable. En un entramado obsceno se mezclan las acusaciones por corrupción de la lista de miembros de las conducciones de muchos países. La lista es interminable. Los reyes están desnudos.
Los aparatos de información/desinformación/contrainformación parecen ya no ser eficaces para modular a las poblaciones. Sin pensamiento crítico deviene la confusión y con ella la necesaria adherencia a ideologías variopintas.
Por cuidar la ideología que nos protege, perdemos de vista que las ideas se pueden ordenar de diversas formas, perdemos de vista que no es buena la rigidez en el pensamiento, perdemos de vista que la forma en que combinamos las ideas dice mucho de nosotros, habla de nuestra capacidad y de nuestra posibilidad de crear.
En esta soledad que nos produce el tiempo que nos toca vivir, nos vemos arrastrados por la ideología de turno, la que mejor nos calma la angustia, la que nos convoca afectivamente, pero sobre todo la que nos permite consumir hasta anestesiarnos. No hay otro objetivo a la vista que la próxima noticia, el próximo escándalo, el próximo viaje, el próximo celular. Ante tanto vacío llenado por objetos desarticulados la ideología nos dará alguna pertenencia, supongo. Podemos morir o matar por ella. El concepto de ideología se ha convertido en un cliche triste, vaciado de contenido, utilizado, violado y hasta deshechado por inservible.
En este país - y en muchos otros - que sufre de personalismo crónico, los personajes se adueñan de los modelos, de los caminos, de los proyectos y de las ideologías y los ciudadanos, confundidos y asustados, se adhieren a la ideología que mejor les acomoda en un momento dado, el ciudadano arreado como ganado trota de un lado al otro y adopta un conjunto de ideas sin identificar las ideas que forman el conjunto.
Ante nuestros ojos el culpable actúa de fiscal en el juicio contra la víctima o tal vez el juez en asociación ilícita con el fiscal juzgan a la victima y al culpable.
El crowdfunding inmobiliario es una inversión democratizada o un riesgo de urbanización cataclísmica.
Epoca de intersección entre la palabra y la imagen ¿Podremos no convertir nuestro cuerpo en solo una imagen?
¿En la sociedad contemporánea somos realmente libres como creémos?